HISTORIA DEL DESARROLLO DEL GAS DE CAMISEA
Por Jaime Santillana y Julia Salinas de Santillana
Ingenieros Químicos (UNI-Perú) M.S.in ChE (University of Wisconsin Madison y University of Illinois at Urbana Champaigne)
www.ssecoconsulting.com
INTRODUCCION
La reseña que se presenta es parte del Libro INGENIERIA DE PROCESOS EN LA INDUSTRIA DE GAS NATURAL Y CONDENSADOS, que los autores puedan publicarlo en el primer semestre del 2018.
RESEÑA HISTORICA DEL DESARROLLO GAS CAMISEA- HASTA 2010
La Historia del proyecto de Camisea es compleja, no sólo por la complejidad del proyecto en si, sino por el tiempo que tomo en plasmarse y por qué durante dicho tiempo las condiciones políticas y sociales del Perú fueron cambiando.
A inicios de la década de 1980, el gobierno de Fernando Belaúnde suscribió con la empresa petrolera global Shell un contrato de exploración y explotación por petróleo y gas por dos lotes, Lote 38 y Lote 42, ubicados en la selva sur occidental del Perú en la región Cusco en una zona denominada Camisea.
El contrato de Licencia por los Lotes 38 y 42 establecía que en caso se encontrara gas y condensados, el contratista Shell tendría derecho a explotar los yacimientos por un período de 40 años.
Shell inicia sus exploraciones y entre los años 1983-1985l descubrió los yacimientos del gas de Camisea en las áreas de San Martín y Cashiriari en el Cusco. Estos yacimientos se encuentran a 500 km al este de la ciudad de Lima, capital de Perú. Las reservas del área de Camisea son del tipo de gas condensado retrógrado, soportados por impulsión de agua de cuyo acuífero no se conoce la extensión. Adicionalmente éstas presentan el comportamiento de doble porosidad y permeabilidad debido a la presencia de fracturas naturales.
Camisea y Alan García
En 1985, con el gobierno del Presidente Alán García se inicia una discusión pública sobre la conveniencia, o no que la empresa Shell desarrolle los yacimientos de gas y condensados de Camisea.
El proyecto inicial de Shell contemplaba desarrollar la zona de Camisea, iniciando la explotación mediante la perforación de pozos productores y pozos reinyectores, para el gas que no se pudiera comercializar inicialmente. También contemplaba el desarrollo de un sistema de recolección (gathering) de gas y condensados los que serían llevados hasta una Planta de Tratamiento y Procesamiento en la zona de Camisea. En esta Planta se purificarían el gas y los condensados y se separarían dos corrientes, una corriente gaseosa de gas seco tratado y una corriente de condensados (Líquidos del Gas Natural).
El gas seco se dividiría en dos flujos, un flujo de reinyección en los campos de Camisea y otro flujo que sería llevado por medio de un gasoducto de alta presión hasta Lima, donde se distribuiría a los consumidores finales.
Los líquidos del gas natural se enviarían mediante un poliducto hacia una Pampa de Fraccionamiento ubicada en Pampa Clarita en la zona sur de Lima. En esta Planta se produciría Gas Licuado de Petróleo para el mercado local e internacional y se produciría gasolina natural que se exportaría.
Desde el inicio de la discusión sobre el Proyecto diversas fuerzas políticas de izquierda se opusieron a que Shell desarrolle los Campos de Camisea por razones ideológicas, asimismo surge una oposición regional, focalizada en el Cusco donde se reclamaba que se desarrollara un Proyecto específico para Cusco incluyendo un gasoducto regional, una planta eléctrica y una planta de fraccionamiento.
La discusión política fue muy intensa a lo que se unió la protesta general desde el Cusco encabezada por su consejo municipal, exigiendo un ducto para el Cusco.
Shell en la segunda mitad de la década de 1980, consideraba que el mercado de Lima era muy reducido para implantar un proyecto de desarrollo de gas natural de la magnitud de los campos de Camisea y resultaba, en dicha época, económicamente absurdo que se pretendiera exigirles el desarrollo de un gasoducto hacia el Cusco, por lo que decidió retirarse el Perú en 1988. El acervo técnico y documentario y los estudios realizados fueron entregados al gobierno peruano quien los entregó a Petroperú.
Petroperú y Camisea
Petroperú, con la información técnica entregada por Shell organiza un grupo técnico y prepara un Plan de Desarrollo Integral para Camisea que contemplaba desarrollar pozos productores, pozos reinyectores en Camisea, desarrollar un sistema de recolección, una planta de tratamiento y separación del gas y condensados en Camisea con una capacidad de 270 MMPCSD. Desde Camisea saldría un gasoducto y poliductos por la ruta Camisea- Cusco, Huancavelica, Oroya- Junín, Canta- Lima.
Este gasoducto y poliducto llegaría a Lima descendiendo por la cuenca del río Chillón llegando el poliducto hasta la Refinería La Pampilla. Y el gasoducto alimentaría el sistema de distribución de gas seco en Lima y Callao.
El proyecto diseñado por Petroperú contemplaba la no instalación de una Planta Fraccionadora de Condensados ya que los condensados de Camisea se mezclarían con petróleo crudo pesado proveniente de los campos petroleros de la Selva Norte del Perú, constituyéndose así en la nueva carga a Refinería La Pampilla. De esta manera, sólo se consideraban modificaciones menores en los trenes de refinación de Refinería La Pampilla.
El proyecto diseñado por Petroperú representaba una verdadera optimización del empleo de los hidrocarburos peruanos para su máxima utilización en el Perú. Desafortunadamente el proyecto terminado en 1990 no mereció ninguna consideración del nuevo gobierno de Alberto Fujimori a principios de la década de 1990, ya que este gobierno estaba interesado en privatizar las empresas públicas y no en desarrollar al país.
Camisea y el “Contrato del Siglo”
Para mediados de la década de 1990 y dentro de un entorno político gubernamental favorable al libre mercado y a la implantación en el Perú de empresas privadas transnacionales y en pleno desarrollo de una privatización radical de empresas estatales, Shell se acerca nuevamente al gobernó peruano.
Tras múltiples negociaciones con la compañía, Shell Prospecting and Development Perú (se llamará sólo Shell), en 1994 Perupetro suscribió un contrato de explotación por el gas y los condensados de Camisea que fue denominado por el gobierno de Alberto Fujimori como el Contrato del Siglo.
Este nuevo contrato establecía que Shell desarrollaría el gas de Camisea en dos etapas. La primera etapa tendría cuatro años de duración hasta 1998, período en el cual Shell perforaría cuatro pozos confirmatorios y se comprometía a realizar un estudio de factibilidad para el desarrollo integral de los yacimientos de Camisea.
Al final del cuarto año, Shell podría desistirse de continuar el proyecto, en cuyo caso todos los activos de Shell en el Perú y el estudio de factibilidad pasarían a ser propiedad del Estado Peruano. Como alternativa, Shell podía declarar que iba a desarrollar el Proyecto, en cuyo caso tendría una concesión por cuarenta años.
Una vez firmado el Contrato, Shell realiza la perforación de los pozos en Camisea y se confirma que las reservas eran de 8 TCF de gas y de más de 500 millones de barriles de condensados.
El estudio de factibilidad encontró dificultades para dar una adecuada rentabilidad al proyecto por su magnitud, el tamaño del mercado local y las inversiones involucradas. Shell planteó, desde el principio, hacer del Proyecto de Camisea un desarrollo ejemplar desde el punto de vista ambiental, lo que también ocasionó que los montos de inversión y costos de operación aumentaran en el respectivo estudio de factibilidad.
Shell trabajó el estudio de factibilidad sobre la base del esquema conceptual de 1988, y pronto se dio cuenta que se requería desarrollar un proyecto que produciría más de cien mil barriles por día de condensados. Se debe notar que dado que el mercado de gas natural era prácticamente inexistente en el Perú los condensados del gas natural serían la fuerza motriz y base de la economía para el desarrollo del Proyecto.
Según el Proyecto, para producir cien mil barriles por día de condensados se desarrollarían los campos de Camisea y se establecería un sistema de recolección (“gathering”) y se establecería una planta de procesamiento y separación de gas y condensados en Camisea. El gas seco se reinyectaría mayormente al inicio del proyecto y se enviaría una pequeña fracción hacia Lima mediante un gasoducto. En Lima se establecería un sistema de distribución de gas seco.
Los condensados del gas natural de Camisea, se extraerían a una tasa de cien mil barriles por día calendario y se enviarían mediante un poliducto hasta Pampa Clarita en las inmediaciones de Pisco (Ica).
El problema radicaba en que la mitad de los condensados (50,000 BPD) estaban constituidos por GLP, para un mercado local menor a 10,000 BPD; los otros 50,000 BPD estaban constituidos por gasolina natural para exportación.
En 1997, el precio de los hidrocarburos líquidos en los mercados internacionales (Golfo de Estados Unidos de Norte América) estaba por debajo de los 25 dólares por barril lo que ponía serias restricciones económicas al desarrollo del proyecto. Por el lado de la comercialización el gas seco, el panorama era desolador. Se requería enviar cerca de 500 MMPCSD de gas seco que no disponían de ningún mercado inicial.
Ante esta situación, Shell pidió más tiempo al Gobierno peruano para incluir en el desarrollo de Camisea plantas petroquímicas de clase mundial que ayuden a desarrollar un mercado para el gas seco y los condensados.
Shell replanteó su proyecto considerando el desarrollo de una industria petroquímica de clase mundial en Pampa Clarita, Pisco. Este complejo petroquímico contemplaba una reformadora de metano de 100 MMPCSD de gas seco para producir gas de síntesis; a partir del cual se producirían amoniaco y urea. Shell también planteó extraer el etano como condensado para desarrollar una petroquímica de las poliolefinas que producirían polietileno poli etilenglicol. La Figura siguiente muestra el planteamiento integral de Shell de 1997 para desarrollar Camisea.
La reseña que se presenta es parte del Libro INGENIERIA DE PROCESOS EN LA INDUSTRIA DE GAS NATURAL Y CONDENSADOS, que los autores puedan publicarlo en el primer semestre del 2018.
RESEÑA HISTORICA DEL DESARROLLO GAS CAMISEA- HASTA 2010
La Historia del proyecto de Camisea es compleja, no sólo por la complejidad del proyecto en si, sino por el tiempo que tomo en plasmarse y por qué durante dicho tiempo las condiciones políticas y sociales del Perú fueron cambiando.
A inicios de la década de 1980, el gobierno de Fernando Belaúnde suscribió con la empresa petrolera global Shell un contrato de exploración y explotación por petróleo y gas por dos lotes, Lote 38 y Lote 42, ubicados en la selva sur occidental del Perú en la región Cusco en una zona denominada Camisea.
El contrato de Licencia por los Lotes 38 y 42 establecía que en caso se encontrara gas y condensados, el contratista Shell tendría derecho a explotar los yacimientos por un período de 40 años.
Shell inicia sus exploraciones y entre los años 1983-1985l descubrió los yacimientos del gas de Camisea en las áreas de San Martín y Cashiriari en el Cusco. Estos yacimientos se encuentran a 500 km al este de la ciudad de Lima, capital de Perú. Las reservas del área de Camisea son del tipo de gas condensado retrógrado, soportados por impulsión de agua de cuyo acuífero no se conoce la extensión. Adicionalmente éstas presentan el comportamiento de doble porosidad y permeabilidad debido a la presencia de fracturas naturales.
Camisea y Alan García
En 1985, con el gobierno del Presidente Alán García se inicia una discusión pública sobre la conveniencia, o no que la empresa Shell desarrolle los yacimientos de gas y condensados de Camisea.
El proyecto inicial de Shell contemplaba desarrollar la zona de Camisea, iniciando la explotación mediante la perforación de pozos productores y pozos reinyectores, para el gas que no se pudiera comercializar inicialmente. También contemplaba el desarrollo de un sistema de recolección (gathering) de gas y condensados los que serían llevados hasta una Planta de Tratamiento y Procesamiento en la zona de Camisea. En esta Planta se purificarían el gas y los condensados y se separarían dos corrientes, una corriente gaseosa de gas seco tratado y una corriente de condensados (Líquidos del Gas Natural).
El gas seco se dividiría en dos flujos, un flujo de reinyección en los campos de Camisea y otro flujo que sería llevado por medio de un gasoducto de alta presión hasta Lima, donde se distribuiría a los consumidores finales.
Los líquidos del gas natural se enviarían mediante un poliducto hacia una Pampa de Fraccionamiento ubicada en Pampa Clarita en la zona sur de Lima. En esta Planta se produciría Gas Licuado de Petróleo para el mercado local e internacional y se produciría gasolina natural que se exportaría.
Desde el inicio de la discusión sobre el Proyecto diversas fuerzas políticas de izquierda se opusieron a que Shell desarrolle los Campos de Camisea por razones ideológicas, asimismo surge una oposición regional, focalizada en el Cusco donde se reclamaba que se desarrollara un Proyecto específico para Cusco incluyendo un gasoducto regional, una planta eléctrica y una planta de fraccionamiento.
La discusión política fue muy intensa a lo que se unió la protesta general desde el Cusco encabezada por su consejo municipal, exigiendo un ducto para el Cusco.
Shell en la segunda mitad de la década de 1980, consideraba que el mercado de Lima era muy reducido para implantar un proyecto de desarrollo de gas natural de la magnitud de los campos de Camisea y resultaba, en dicha época, económicamente absurdo que se pretendiera exigirles el desarrollo de un gasoducto hacia el Cusco, por lo que decidió retirarse el Perú en 1988. El acervo técnico y documentario y los estudios realizados fueron entregados al gobierno peruano quien los entregó a Petroperú.
Petroperú y Camisea
Petroperú, con la información técnica entregada por Shell organiza un grupo técnico y prepara un Plan de Desarrollo Integral para Camisea que contemplaba desarrollar pozos productores, pozos reinyectores en Camisea, desarrollar un sistema de recolección, una planta de tratamiento y separación del gas y condensados en Camisea con una capacidad de 270 MMPCSD. Desde Camisea saldría un gasoducto y poliductos por la ruta Camisea- Cusco, Huancavelica, Oroya- Junín, Canta- Lima.
Este gasoducto y poliducto llegaría a Lima descendiendo por la cuenca del río Chillón llegando el poliducto hasta la Refinería La Pampilla. Y el gasoducto alimentaría el sistema de distribución de gas seco en Lima y Callao.
El proyecto diseñado por Petroperú contemplaba la no instalación de una Planta Fraccionadora de Condensados ya que los condensados de Camisea se mezclarían con petróleo crudo pesado proveniente de los campos petroleros de la Selva Norte del Perú, constituyéndose así en la nueva carga a Refinería La Pampilla. De esta manera, sólo se consideraban modificaciones menores en los trenes de refinación de Refinería La Pampilla.
El proyecto diseñado por Petroperú representaba una verdadera optimización del empleo de los hidrocarburos peruanos para su máxima utilización en el Perú. Desafortunadamente el proyecto terminado en 1990 no mereció ninguna consideración del nuevo gobierno de Alberto Fujimori a principios de la década de 1990, ya que este gobierno estaba interesado en privatizar las empresas públicas y no en desarrollar al país.
Camisea y el “Contrato del Siglo”
Para mediados de la década de 1990 y dentro de un entorno político gubernamental favorable al libre mercado y a la implantación en el Perú de empresas privadas transnacionales y en pleno desarrollo de una privatización radical de empresas estatales, Shell se acerca nuevamente al gobernó peruano.
Tras múltiples negociaciones con la compañía, Shell Prospecting and Development Perú (se llamará sólo Shell), en 1994 Perupetro suscribió un contrato de explotación por el gas y los condensados de Camisea que fue denominado por el gobierno de Alberto Fujimori como el Contrato del Siglo.
Este nuevo contrato establecía que Shell desarrollaría el gas de Camisea en dos etapas. La primera etapa tendría cuatro años de duración hasta 1998, período en el cual Shell perforaría cuatro pozos confirmatorios y se comprometía a realizar un estudio de factibilidad para el desarrollo integral de los yacimientos de Camisea.
Al final del cuarto año, Shell podría desistirse de continuar el proyecto, en cuyo caso todos los activos de Shell en el Perú y el estudio de factibilidad pasarían a ser propiedad del Estado Peruano. Como alternativa, Shell podía declarar que iba a desarrollar el Proyecto, en cuyo caso tendría una concesión por cuarenta años.
Una vez firmado el Contrato, Shell realiza la perforación de los pozos en Camisea y se confirma que las reservas eran de 8 TCF de gas y de más de 500 millones de barriles de condensados.
El estudio de factibilidad encontró dificultades para dar una adecuada rentabilidad al proyecto por su magnitud, el tamaño del mercado local y las inversiones involucradas. Shell planteó, desde el principio, hacer del Proyecto de Camisea un desarrollo ejemplar desde el punto de vista ambiental, lo que también ocasionó que los montos de inversión y costos de operación aumentaran en el respectivo estudio de factibilidad.
Shell trabajó el estudio de factibilidad sobre la base del esquema conceptual de 1988, y pronto se dio cuenta que se requería desarrollar un proyecto que produciría más de cien mil barriles por día de condensados. Se debe notar que dado que el mercado de gas natural era prácticamente inexistente en el Perú los condensados del gas natural serían la fuerza motriz y base de la economía para el desarrollo del Proyecto.
Según el Proyecto, para producir cien mil barriles por día de condensados se desarrollarían los campos de Camisea y se establecería un sistema de recolección (“gathering”) y se establecería una planta de procesamiento y separación de gas y condensados en Camisea. El gas seco se reinyectaría mayormente al inicio del proyecto y se enviaría una pequeña fracción hacia Lima mediante un gasoducto. En Lima se establecería un sistema de distribución de gas seco.
Los condensados del gas natural de Camisea, se extraerían a una tasa de cien mil barriles por día calendario y se enviarían mediante un poliducto hasta Pampa Clarita en las inmediaciones de Pisco (Ica).
El problema radicaba en que la mitad de los condensados (50,000 BPD) estaban constituidos por GLP, para un mercado local menor a 10,000 BPD; los otros 50,000 BPD estaban constituidos por gasolina natural para exportación.
En 1997, el precio de los hidrocarburos líquidos en los mercados internacionales (Golfo de Estados Unidos de Norte América) estaba por debajo de los 25 dólares por barril lo que ponía serias restricciones económicas al desarrollo del proyecto. Por el lado de la comercialización el gas seco, el panorama era desolador. Se requería enviar cerca de 500 MMPCSD de gas seco que no disponían de ningún mercado inicial.
Ante esta situación, Shell pidió más tiempo al Gobierno peruano para incluir en el desarrollo de Camisea plantas petroquímicas de clase mundial que ayuden a desarrollar un mercado para el gas seco y los condensados.
Shell replanteó su proyecto considerando el desarrollo de una industria petroquímica de clase mundial en Pampa Clarita, Pisco. Este complejo petroquímico contemplaba una reformadora de metano de 100 MMPCSD de gas seco para producir gas de síntesis; a partir del cual se producirían amoniaco y urea. Shell también planteó extraer el etano como condensado para desarrollar una petroquímica de las poliolefinas que producirían polietileno poli etilenglicol. La Figura siguiente muestra el planteamiento integral de Shell de 1997 para desarrollar Camisea.
Proyecto Camisea según diseño de Shell
Con este nuevo proyecto integral, las inversiones ascendieron a varios miles de millones de dólares de 1997. Ante la nueva situación, Shell solicitó en 1998 mayor tiempo a las autoridades peruanas para continuar los estudios y buscar inversionistas para los nuevos proyectos petroquímicos.
El gobierno peruano, en un silencio nunca explicado oficialmente, no fijó ninguna posición sobre el pedido de la Shell y esta empresa, al terminar el plazo contractual para la I Etapa, informó al gobierno peruano que no continuaba con la Fase II, procediendo a retirarse de Camisea.
Durante la década de 1990 los lotes de hidrocarburos cambiaron de dimensiones y de nombre y los lotes correspondientes a Camisea se convirtieron en el Lote 88 y el Lote 56.
El año 1998, Shell devolvió el Lote 88 con los 8 pozos perforado y entregó los estudios de factibilidad al gobierno peruano en lo que después la prensa peruana bautizó como “el regalo de Dios”.
Realmente no hubo mayor discusión pública de las razones de Shell para retirarse. Ante esto se reseña los hallazgos de OXFAM que fueron publicados en el libro INFORME DE ANÁLISIS DE LOS CONTRATOS DEL GAS DE CAMISEA: LECCIONES APRENDIDAS SOBRE CÓMO NEGOCIAR CON NUESTROS RECURSOS NATURALES (LOTES 88 Y 56), preparado por Equipo de Industrias Extractivas DAR conformado por César Gamboa Balbín, Vanessa Cueto La Rosa y Jimpson Dávila Ordoñez (ver https://peru.oxfam.org/sites/peru.oxfam.org/files/file_attachments/analisis-de-los-contratos-de-gas-de-camisea_3.pdf ).
Así en el mencionado libro se afirma que “es importante comprender qué en la década de los noventa, los esfuerzos del Consorcio Shell Mobil se centraron en la viabilidad de extraer el gas de Cashiriari y San Martín -y muy poco se menciona de los yacimientos de Pagoreni.”
También se indica que “el proyecto fue visto por Shell como la oportunidad para reivindicarse frente al mundo por los terribles resultados ambientales ocasionados en Nigeria y en Mar del Norte. Shell entraba con un nuevo talante en el proyecto Camisea y a la vez con la implementación de un nuevo principio, el principio de «Beneficio Social Neto» que significaba que al finalizar el contrato del lote 88, las comunidades nativas afectadas se encontrarían en mejores condiciones que al inicio de la suscripción del mismo. Así, buscó la aceptación y participación de las comunidades locales y de una gama de actores nacionales e internacionales.
Mostró una transparencia en poner la información al público tanto en español como en inglés y en idioma machiguenga. No se puede dejar de mencionar que contrató a la Smithsonian Institution para evaluar la biodiversidad de la zona y así preparar un plan de monitoreo por el tiempo que dure el proyecto. Si bien tuvo deficiencias, sus críticos más acérrimos, admiten que Shell mostró un nivel de compromiso social y ambiental sin precedente; una transparencia y voluntad de dialogar; y una habilidad de corregir y aprender de los errores (Ross, 2008).
La voluntad de no continuar con la segunda fase del contrato suscrito ya no provenía del Estado, sino por el contrario del Consorcio Shell - Mobil. Del contexto social, político y económico se puede deducir que el «leit motiv» por el cual Shell - Mobil no quiso continuar las operaciones era porque las empresas, en un primer momento establecieron como operación rentable, un monto mínimo de extracción de líquidos de gas para que el proyecto fuera rentable, 70,000 barriles diarios. Sin embargo, esto no podría ser logrado con una venta de tan sólo 30,000 barriles diarios que el mercado nacional en aquel entonces estaba en las posibilidades de asumir. Por ello, infructuosamente el Consorcio Shell – Mobil buscó siempre de exportar el gas a Brasil porque le permitiría aumentar la venta de barriles, pero como no lo logró, no vio mejor solución que retirarse; ya que, en términos económicos y así dadas las condiciones del proyecto les resultaba poco rentable|.
Otra de las hipótesis que se maneja sobre el porqué Shell – Mobil no quiso seguir adelante con el proyecto consiste en que el Estado Peruano se negó a otorgarle todos los componentes del proyecto, es decir, otorgarle las actividades de la producción, transporte y distribución puesto que no era el interés del Estado Peruano que se produzca un control completo sobre el gas por una sola empresa o conjunto de empresas, tomando en cuenta las críticas que había generado la concesión a Telefónica del Perú (Foronda y Wiener, 2007).
Sin embargo, la finalidad de dividir las operaciones y otorgarlas por separado, no tiene sustento alguno, ya que, si bien actualmente existen componentes diferenciados, actualmente el Consorcio liderado por Pluspetrol participa en todas las operaciones.”
Camisea como sea
Shell se mantuvo explorando el lote 56 hasta el año 2000 en que también hizo suelta del mismo y lo devolvió al Estado peruano. Luego este sería la base del proyecto de exportación de LNG desde el Perú.
En estas circunstancias, el gobierno de Fujimori, después de haber privatizado Petroperú de manera fraccionada rompiendo de manera incorrecta su integración vertical quitándole valor a la cadena de suministro, decidió (de manera completamente errada) que el desarrollo del gas de Camisea se haría también por bloques.
Para ello el gobierno encargó a la Comisión de Proinversión del Perú concesionar el desarrollo del gas de Camisea en bloques, en lo que se denominó “Camisea como sea”.
La COPRI, siguiendo el ejemplo de la privatización de Petroperú, decidió dividir el proyecto de Camisea en tres concesiones que licitaría internacionalmente y de manera simultánea:
- Producción de gas natural y condensados (Upstream). El ganador de la licitación se encargaría del desarrollo de los campos de Camisea, incluyendo el sistema de recolección de gas y condensados, el diseño, construcción y operación de una Planta de Procesamiento de gas en Camisea la que debía tener una capacidad de procesamiento de hasta 440 MMPCSD de gas húmedo. También incluía el diseño, construcción y operación de una Planta de Fraccionamiento de condensados en la costa del Perú. El ganador de esta concesión comercializaría libremente los líquidos de gas natural y el gas seco podría comercializarlo inicialmente de manera libre en Camisea y luego lo vendería preferencialmente al ganador de la concesión de la Distribución del gas en Lima y Callao. El precio del gas sería libre.
- Transporte de gas seco y condensados. - El ganador de esta construcción diseñaría, construiría y operaría durante 40 años un gasoducto que, viniendo desde Camisea, transporte hasta el City gate de Lima el gas seco de Camisea. Asimismo, debía diseñar, construir y operar un poliducto desde Camisea hasta la costa peruana en el lugar en que se ubicara la Planta de Fraccionamiento de condensados. Las tarifas de transporte de gas y condensados serían tarifas reguladas.
- Red de Distribución de gas en Lima y Callao. - El ganador de la licitación para esta concesión desarrollaría y operaría durante 40 años una red de distribución en media y baja presión en las ciudades de Lima y Callao.
El proceso de Licitación de la COPRI no despertó mucho interés internacional y más bien recibió muchas críticas por el hecho de haber desmembrado la cadena de suministro, tal como había sido propuesta anteriormente en los dos proyectos de la Shell y el proyecto de Petroperú (jamás tomado en cuenta).
A pesar de todo “Camisea avanzó como sea” y en abril de 1999, se declaró de necesidad e interés nacional el desarrollo del Proyecto Camisea, incluyendo los segmentos de explotación, transporte y distribución. Dos meses después, la COPRI aprobó las Bases del Concurso Público para la Explotación de Hidrocarburos en Camisea.
La licitación se realizó a finales del año 1999 (cercano al final del segundo gobierno de Fujimori). A la licitación internacional sólo se presentaron dos postores y dos propuestas para cada una de las concesiones, la propuesta de la compañía estatal francesa ELF y la propuesta de un consorcio liderado por una pequeña empresa petrolera argentina. Esta pequeña empresa argentina había ganado el año 1996 la concesión del Lote 8 que había sido de Petroperú y que ya para dicho año había reducido de manera importante la producción petrolera en dicho lote.
La Buena Pro para el proyecto del Astrea (el más importante de los tres) sería otorgada a la propuesta que ofertara el mayor porcentaje de regalías, ganando el Consorcio de Camisea liderado por Pluspetrol de Argentina, con participación de Hunt Oil (EE. UU.), SK Corporation (Corea de Sur) y Tecpetrol del Perú (Empresa Argentina del Grupo Techint) ofreciendo por regalías un porcentaje de 37.24% de la producción fiscalizada como regalías. Este Consorcio superó la oferta ofrecida por el Consorcio Francés Total-Fina-Elf de 35% por regalías. La licencia fue adjudicada basándose en la oferta más alta de regalías presentada por los postores.
En febrero del 2000 el Comité Especial del Proyecto Camisea, adjudicó el módulo de explotación de hidrocarburos en el "Lote 88 - yacimientos de gas de Camisea", al consorcio formado por las empresas Pluspetrol (Argentina), Hunt Oil Co. (USA), SK Corp. (Corea) e Hidrocarburos Andinos (Argentina).
El módulo (Concesión) para el transporte y el módulo (Concesión) para distribución fue adjudicado al consorcio formado por las empresas Techint (Argentina), Pluspetrol (Argentina), Hunt Oil Co. (USA), SK Corp. (Corea), Sonatrach (Argelia) y Graña y Montero (Perú), quienes después constituyeron la Empresa Transportadora de Gas del Perú – TGP-.
Respecto a la Concesión para la Distribución del gas en Lima y Callao a los ganadores de la Concesión del Transporte Gas y Condensados, hubo un acuerdo de transferir esta concesión a un tercero para evitar la integración vertical. Se mantuvo el absurdo principio de “Camisea como sea”.
Los contratos de licencia se firmaron en diciembre del año 2000, después que el Estado, aprobara y autorizara el Contrato mediante Decreto Supremo N° 021-2000-EM el 07 de diciembre del 2000, durante el Gobierno del presidente Paniagua
En el año 2003 mediante cesión de posición contractual30 ingresa a formar parte del Consorcio Camisea la empresa Sonatrach S.A. para la explotación del lote 88 y, posteriormente, en el año 2005 hace lo mismo la empresa Repsol YPF.
La construcción de la infraestructura física de las diversas concesiones se realizó entre los años 2001 y 2004, siendo un proceso mayor de ingeniería civil. Se debe destacar la construcción de infraestructura para el desarrollo de los campos, el sistema de recolección y la Planta de Procesamiento que se ubicó en un lugar de la selva del Cusco rebautizado como Malvinas. Este nombre fue escogido por los empresarios argentinos de Pluspetrol en homenaje a las islas argentinas del mismo nombre ilegalmente ocupadas por Gran Bretaña desde hace siglos.
Para la construcción de las facilidades e infraestructura mencionada, así como para construir parte del gasoducto y poliducto Malvinas - costa peruana (cerca de Pisco) se requirió llevar equipos y tuberías por buques desde Estados Unidos y Europa cruzando el Atlántico, luego navegar por el río Amazonas hasta Iquitos. El material se depositó allí y se almacenó hasta los meses de enero – marzo del año subsiguiente en el que las crecidas generalizadas de los ríos amazónicos permitieron llevarlos río arriba en barcazas que navegaban desde Iquitos hasta Cusco en zonas cercanas a las Malvinas.
También se construyó la Planta de Fraccionamiento en la Lobería en Pisco, que incluyó además un terminal marítimo que permita el embarque a buques tanques los diversos productos de Camisea. En Lima se construyó el sistema de distribución de gas en media y baja presión.
La inauguración de la infraestructura mencionada se llevó a cabo en agosto del 2004 durante el gobierno de Toledo.
Desde aquella fecha las facilidades de producción de gas natural y condensado han tenido dos importantes incrementos capacidad.
Así, el año 2008 la Planta Malvinas aumentó su capacidad de Producción de 440 MMPCS de gas por día hasta 1,1160 MMPCS de gas por día y la Planta de Fraccionamiento de la Lobería aumentó su capacidad de procesamiento desde 50,000 barriles por día de condensados hasta 85,000 barriles por día.
El 2012, Planta Malvinas aumento nuevamente su capacidad de procesamiento hasta 1,500 MMPCS de gas por día y la Planta de Fraccionamiento de la Lobería aumentó su capacidad hasta 120,000 barriles por día de condensados.
Existen otros hechos históricos muy relacionados a lo que se ha venido a llamar el Gran Camisea y que tiene relación con los Lotes inmediatamente adyacentes al Lote 88 de Camisea.
Así, en el año 2005, el Gobierno de Toledo negoció con el Consorcio Camisea el proyecto de explotación del Lote 56 de Camisea y un proyecto de exportación de gas natural licuefactado (LNG) con gas proveniente de dicho Lote. Estas Concesiones fueron adjudicadas en negociación directa sin que medie ningún tipo de licitación.
El año 2009, durante el Gobierno del presidente García, se inaugura un nuevo gasoducto Chiquinquirta Melchorita de TGP y la planta de licuefacción de gas Natural de la empresa Perú LNG cuyos socios son las mismas empresas que participan del Consorcio de Camisea. Este proyecto de exportación consumiría 600 MMPCS por día.
El año 2010, Repsol, quien unos años antes se había integrado al Consorcio Camisea con una participación del 10%, anunció el descubrimiento de gas natural y condensados en el Lote 57 en la selva sur del Perú, adyacente a los, Lotes 88 y 56 del Consorcio Camisea.
El año 2010, Petrobras también anunció el descubrimiento de gas natural y condensado en el Lote 58 adyacente a los lotes que conforman el Gran Camisea. Petrobras es la única empresa que ha descubierto gas en dicha zona que no está relacionada a los integrantes del Consorcio de Camisea, TGP o Perú LNG.
El mismo año 2010 la empresa Kuntur firmó una Acuerdo con el gobierno de García para la construcción de lo que se denominó Gasoducto Andino del Sur: Camisea- Cusco- Puno – Arequipa – Matarani – Ilo.
Aquí se da inició a otra historia que deberá ser también contada.
Finalmente charlas de los ingenieros Inchaystegui, Hokama, Ortigas y Herrera respecto a parte de la historia de Camisea
Con este nuevo proyecto integral, las inversiones ascendieron a varios miles de millones de dólares de 1997. Ante la nueva situación, Shell solicitó en 1998 mayor tiempo a las autoridades peruanas para continuar los estudios y buscar inversionistas para los nuevos proyectos petroquímicos.
El gobierno peruano, en un silencio nunca explicado oficialmente, no fijó ninguna posición sobre el pedido de la Shell y esta empresa, al terminar el plazo contractual para la I Etapa, informó al gobierno peruano que no continuaba con la Fase II, procediendo a retirarse de Camisea.
Durante la década de 1990 los lotes de hidrocarburos cambiaron de dimensiones y de nombre y los lotes correspondientes a Camisea se convirtieron en el Lote 88 y el Lote 56.
El año 1998, Shell devolvió el Lote 88 con los 8 pozos perforado y entregó los estudios de factibilidad al gobierno peruano en lo que después la prensa peruana bautizó como “el regalo de Dios”.
Realmente no hubo mayor discusión pública de las razones de Shell para retirarse. Ante esto se reseña los hallazgos de OXFAM que fueron publicados en el libro INFORME DE ANÁLISIS DE LOS CONTRATOS DEL GAS DE CAMISEA: LECCIONES APRENDIDAS SOBRE CÓMO NEGOCIAR CON NUESTROS RECURSOS NATURALES (LOTES 88 Y 56), preparado por Equipo de Industrias Extractivas DAR conformado por César Gamboa Balbín, Vanessa Cueto La Rosa y Jimpson Dávila Ordoñez (ver https://peru.oxfam.org/sites/peru.oxfam.org/files/file_attachments/analisis-de-los-contratos-de-gas-de-camisea_3.pdf ).
Así en el mencionado libro se afirma que “es importante comprender qué en la década de los noventa, los esfuerzos del Consorcio Shell Mobil se centraron en la viabilidad de extraer el gas de Cashiriari y San Martín -y muy poco se menciona de los yacimientos de Pagoreni.”
También se indica que “el proyecto fue visto por Shell como la oportunidad para reivindicarse frente al mundo por los terribles resultados ambientales ocasionados en Nigeria y en Mar del Norte. Shell entraba con un nuevo talante en el proyecto Camisea y a la vez con la implementación de un nuevo principio, el principio de «Beneficio Social Neto» que significaba que al finalizar el contrato del lote 88, las comunidades nativas afectadas se encontrarían en mejores condiciones que al inicio de la suscripción del mismo. Así, buscó la aceptación y participación de las comunidades locales y de una gama de actores nacionales e internacionales.
Mostró una transparencia en poner la información al público tanto en español como en inglés y en idioma machiguenga. No se puede dejar de mencionar que contrató a la Smithsonian Institution para evaluar la biodiversidad de la zona y así preparar un plan de monitoreo por el tiempo que dure el proyecto. Si bien tuvo deficiencias, sus críticos más acérrimos, admiten que Shell mostró un nivel de compromiso social y ambiental sin precedente; una transparencia y voluntad de dialogar; y una habilidad de corregir y aprender de los errores (Ross, 2008).
La voluntad de no continuar con la segunda fase del contrato suscrito ya no provenía del Estado, sino por el contrario del Consorcio Shell - Mobil. Del contexto social, político y económico se puede deducir que el «leit motiv» por el cual Shell - Mobil no quiso continuar las operaciones era porque las empresas, en un primer momento establecieron como operación rentable, un monto mínimo de extracción de líquidos de gas para que el proyecto fuera rentable, 70,000 barriles diarios. Sin embargo, esto no podría ser logrado con una venta de tan sólo 30,000 barriles diarios que el mercado nacional en aquel entonces estaba en las posibilidades de asumir. Por ello, infructuosamente el Consorcio Shell – Mobil buscó siempre de exportar el gas a Brasil porque le permitiría aumentar la venta de barriles, pero como no lo logró, no vio mejor solución que retirarse; ya que, en términos económicos y así dadas las condiciones del proyecto les resultaba poco rentable|.
Otra de las hipótesis que se maneja sobre el porqué Shell – Mobil no quiso seguir adelante con el proyecto consiste en que el Estado Peruano se negó a otorgarle todos los componentes del proyecto, es decir, otorgarle las actividades de la producción, transporte y distribución puesto que no era el interés del Estado Peruano que se produzca un control completo sobre el gas por una sola empresa o conjunto de empresas, tomando en cuenta las críticas que había generado la concesión a Telefónica del Perú (Foronda y Wiener, 2007).
Sin embargo, la finalidad de dividir las operaciones y otorgarlas por separado, no tiene sustento alguno, ya que, si bien actualmente existen componentes diferenciados, actualmente el Consorcio liderado por Pluspetrol participa en todas las operaciones.”
Camisea como sea
Shell se mantuvo explorando el lote 56 hasta el año 2000 en que también hizo suelta del mismo y lo devolvió al Estado peruano. Luego este sería la base del proyecto de exportación de LNG desde el Perú.
En estas circunstancias, el gobierno de Fujimori, después de haber privatizado Petroperú de manera fraccionada rompiendo de manera incorrecta su integración vertical quitándole valor a la cadena de suministro, decidió (de manera completamente errada) que el desarrollo del gas de Camisea se haría también por bloques.
Para ello el gobierno encargó a la Comisión de Proinversión del Perú concesionar el desarrollo del gas de Camisea en bloques, en lo que se denominó “Camisea como sea”.
La COPRI, siguiendo el ejemplo de la privatización de Petroperú, decidió dividir el proyecto de Camisea en tres concesiones que licitaría internacionalmente y de manera simultánea:
- Producción de gas natural y condensados (Upstream). El ganador de la licitación se encargaría del desarrollo de los campos de Camisea, incluyendo el sistema de recolección de gas y condensados, el diseño, construcción y operación de una Planta de Procesamiento de gas en Camisea la que debía tener una capacidad de procesamiento de hasta 440 MMPCSD de gas húmedo. También incluía el diseño, construcción y operación de una Planta de Fraccionamiento de condensados en la costa del Perú. El ganador de esta concesión comercializaría libremente los líquidos de gas natural y el gas seco podría comercializarlo inicialmente de manera libre en Camisea y luego lo vendería preferencialmente al ganador de la concesión de la Distribución del gas en Lima y Callao. El precio del gas sería libre.
- Transporte de gas seco y condensados. - El ganador de esta construcción diseñaría, construiría y operaría durante 40 años un gasoducto que, viniendo desde Camisea, transporte hasta el City gate de Lima el gas seco de Camisea. Asimismo, debía diseñar, construir y operar un poliducto desde Camisea hasta la costa peruana en el lugar en que se ubicara la Planta de Fraccionamiento de condensados. Las tarifas de transporte de gas y condensados serían tarifas reguladas.
- Red de Distribución de gas en Lima y Callao. - El ganador de la licitación para esta concesión desarrollaría y operaría durante 40 años una red de distribución en media y baja presión en las ciudades de Lima y Callao.
El proceso de Licitación de la COPRI no despertó mucho interés internacional y más bien recibió muchas críticas por el hecho de haber desmembrado la cadena de suministro, tal como había sido propuesta anteriormente en los dos proyectos de la Shell y el proyecto de Petroperú (jamás tomado en cuenta).
A pesar de todo “Camisea avanzó como sea” y en abril de 1999, se declaró de necesidad e interés nacional el desarrollo del Proyecto Camisea, incluyendo los segmentos de explotación, transporte y distribución. Dos meses después, la COPRI aprobó las Bases del Concurso Público para la Explotación de Hidrocarburos en Camisea.
La licitación se realizó a finales del año 1999 (cercano al final del segundo gobierno de Fujimori). A la licitación internacional sólo se presentaron dos postores y dos propuestas para cada una de las concesiones, la propuesta de la compañía estatal francesa ELF y la propuesta de un consorcio liderado por una pequeña empresa petrolera argentina. Esta pequeña empresa argentina había ganado el año 1996 la concesión del Lote 8 que había sido de Petroperú y que ya para dicho año había reducido de manera importante la producción petrolera en dicho lote.
La Buena Pro para el proyecto del Astrea (el más importante de los tres) sería otorgada a la propuesta que ofertara el mayor porcentaje de regalías, ganando el Consorcio de Camisea liderado por Pluspetrol de Argentina, con participación de Hunt Oil (EE. UU.), SK Corporation (Corea de Sur) y Tecpetrol del Perú (Empresa Argentina del Grupo Techint) ofreciendo por regalías un porcentaje de 37.24% de la producción fiscalizada como regalías. Este Consorcio superó la oferta ofrecida por el Consorcio Francés Total-Fina-Elf de 35% por regalías. La licencia fue adjudicada basándose en la oferta más alta de regalías presentada por los postores.
En febrero del 2000 el Comité Especial del Proyecto Camisea, adjudicó el módulo de explotación de hidrocarburos en el "Lote 88 - yacimientos de gas de Camisea", al consorcio formado por las empresas Pluspetrol (Argentina), Hunt Oil Co. (USA), SK Corp. (Corea) e Hidrocarburos Andinos (Argentina).
El módulo (Concesión) para el transporte y el módulo (Concesión) para distribución fue adjudicado al consorcio formado por las empresas Techint (Argentina), Pluspetrol (Argentina), Hunt Oil Co. (USA), SK Corp. (Corea), Sonatrach (Argelia) y Graña y Montero (Perú), quienes después constituyeron la Empresa Transportadora de Gas del Perú – TGP-.
Respecto a la Concesión para la Distribución del gas en Lima y Callao a los ganadores de la Concesión del Transporte Gas y Condensados, hubo un acuerdo de transferir esta concesión a un tercero para evitar la integración vertical. Se mantuvo el absurdo principio de “Camisea como sea”.
Los contratos de licencia se firmaron en diciembre del año 2000, después que el Estado, aprobara y autorizara el Contrato mediante Decreto Supremo N° 021-2000-EM el 07 de diciembre del 2000, durante el Gobierno del presidente Paniagua
En el año 2003 mediante cesión de posición contractual30 ingresa a formar parte del Consorcio Camisea la empresa Sonatrach S.A. para la explotación del lote 88 y, posteriormente, en el año 2005 hace lo mismo la empresa Repsol YPF.
La construcción de la infraestructura física de las diversas concesiones se realizó entre los años 2001 y 2004, siendo un proceso mayor de ingeniería civil. Se debe destacar la construcción de infraestructura para el desarrollo de los campos, el sistema de recolección y la Planta de Procesamiento que se ubicó en un lugar de la selva del Cusco rebautizado como Malvinas. Este nombre fue escogido por los empresarios argentinos de Pluspetrol en homenaje a las islas argentinas del mismo nombre ilegalmente ocupadas por Gran Bretaña desde hace siglos.
Para la construcción de las facilidades e infraestructura mencionada, así como para construir parte del gasoducto y poliducto Malvinas - costa peruana (cerca de Pisco) se requirió llevar equipos y tuberías por buques desde Estados Unidos y Europa cruzando el Atlántico, luego navegar por el río Amazonas hasta Iquitos. El material se depositó allí y se almacenó hasta los meses de enero – marzo del año subsiguiente en el que las crecidas generalizadas de los ríos amazónicos permitieron llevarlos río arriba en barcazas que navegaban desde Iquitos hasta Cusco en zonas cercanas a las Malvinas.
También se construyó la Planta de Fraccionamiento en la Lobería en Pisco, que incluyó además un terminal marítimo que permita el embarque a buques tanques los diversos productos de Camisea. En Lima se construyó el sistema de distribución de gas en media y baja presión.
La inauguración de la infraestructura mencionada se llevó a cabo en agosto del 2004 durante el gobierno de Toledo.
Desde aquella fecha las facilidades de producción de gas natural y condensado han tenido dos importantes incrementos capacidad.
Así, el año 2008 la Planta Malvinas aumentó su capacidad de Producción de 440 MMPCS de gas por día hasta 1,1160 MMPCS de gas por día y la Planta de Fraccionamiento de la Lobería aumentó su capacidad de procesamiento desde 50,000 barriles por día de condensados hasta 85,000 barriles por día.
El 2012, Planta Malvinas aumento nuevamente su capacidad de procesamiento hasta 1,500 MMPCS de gas por día y la Planta de Fraccionamiento de la Lobería aumentó su capacidad hasta 120,000 barriles por día de condensados.
Existen otros hechos históricos muy relacionados a lo que se ha venido a llamar el Gran Camisea y que tiene relación con los Lotes inmediatamente adyacentes al Lote 88 de Camisea.
Así, en el año 2005, el Gobierno de Toledo negoció con el Consorcio Camisea el proyecto de explotación del Lote 56 de Camisea y un proyecto de exportación de gas natural licuefactado (LNG) con gas proveniente de dicho Lote. Estas Concesiones fueron adjudicadas en negociación directa sin que medie ningún tipo de licitación.
El año 2009, durante el Gobierno del presidente García, se inaugura un nuevo gasoducto Chiquinquirta Melchorita de TGP y la planta de licuefacción de gas Natural de la empresa Perú LNG cuyos socios son las mismas empresas que participan del Consorcio de Camisea. Este proyecto de exportación consumiría 600 MMPCS por día.
El año 2010, Repsol, quien unos años antes se había integrado al Consorcio Camisea con una participación del 10%, anunció el descubrimiento de gas natural y condensados en el Lote 57 en la selva sur del Perú, adyacente a los, Lotes 88 y 56 del Consorcio Camisea.
El año 2010, Petrobras también anunció el descubrimiento de gas natural y condensado en el Lote 58 adyacente a los lotes que conforman el Gran Camisea. Petrobras es la única empresa que ha descubierto gas en dicha zona que no está relacionada a los integrantes del Consorcio de Camisea, TGP o Perú LNG.
El mismo año 2010 la empresa Kuntur firmó una Acuerdo con el gobierno de García para la construcción de lo que se denominó Gasoducto Andino del Sur: Camisea- Cusco- Puno – Arequipa – Matarani – Ilo.
Aquí se da inició a otra historia que deberá ser también contada.
Finalmente charlas de los ingenieros Inchaystegui, Hokama, Ortigas y Herrera respecto a parte de la historia de Camisea